Kosta y Jacob recorren con sus manos el cuerpo del otro en cuanto se ven y ya no hay quien se las quite de encima.
Les conocéis a ambos por escenas previas y sabéis que Kosta es alto, delgado y muy fibrado, mientras que Jacob es un musculoso osazo, pero ver esos cuerpazos tan diferentes entregados al sexo es un enorme estímulo para verlos y dejarse llevar...
¡Y qué manera de mamar sus pollas tienen estos dos hombres! ¡Son unos verdaderos maestros!
Con esas bocas consiguen ponerse las pollas duras como rocas y listas para follarse el uno al otro, empotrando profundamente sus culos y bombeándolos con todas sus fuerzas por turnos.
Uno tras otro, sin desfallecer hasta llegar a un placentero final en el que Kosta acaba cubierto con el semen caliente de su propia corrida y el de un sudoroso Jacob, dentro y fuera de su culo.
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