ADICTO A LAS PAJAS
El nuevo compañero de piso de Troye, el musculoso y guapo Roman, ya le pareció alguien inusual cuando le recibió en la puerta llevando solo unos ajustados calzoncillos que realzaban su paquete y le recibió con un efusivo abrazo, tocándole el culo.
Unos días después, Troye descubre que la cosa va a ser peor de lo que pensaba: Roman es un adicto a la masturbación y harto de ver a su compañero pajeándose mañana, tarde y noche por toda la casa.
Pero el día en que se cuela en su habitación y se le corre encima es la gota que colma el vaso de su paciencia y Troye le dice enfadado que para eso sería mejor que se lo follase...
Dicho y hecho, Roman le come el culo al niñato antes de empotrarle a cuatro patas, mamándose las pollas el uno al otro antes de que el adicto al sexo se folle a Troye haciendo la cucharita.
Troye cabalga montado sobre la dura verga de su nuevo compañero de piso, corriéndose mientras se lo folla tumbado de espaldas encima de la cama.
Pero Roman es insaciable y ni siquiera correrse encima de Troye –otra vez- va a impedir que siga pajeándose.